1. EL SOLDADO MIGUEL DE CERVANTES ABANDONA LA MILICA Y REGRESA A ESPAÑA
Como es de todos sabido, Miguel de Cervantes participa en la batalla de Lepanto el 7 de octubre de 1571, de la que sale con dos arcabuzazos: uno en el pecho y otro en la mano izquierda; el del pecho le produjo una herida que tardó largo tiempo en curar; el de la mano izquierdo se la dejó inútil, hecho por el que es conocido nuestro autor como Manco de Lepanto. (Véase mi post titulado La manquedad de Cervantes cantada por sí mismo)
Curado de sus heridas en Mesina (Sicilia), vuelve a la milicia el 24 de abril de 1572 en la compañía de Manuel Ponce de León, perteneciente al tercio de don Lope de Figueroa. Y en la milicia continua en varias campañas militares contra los turcos en el Mediterráneo hasta el verano de 1575, que decide volver a España.
Inicia el regreso con dos cartas de recomendación y de reconocimiento de sus méritos de las dos máximas autoridades españolas en Italia: el virrey de Sicilia, el duque de Sesa Gonzalo Fernández de Córdoba (1524-1578), y el capitán general, don Juan de Austria (1547-1578).
PLANO DE NÁPOLES DEL SIGLO XVI
En compañía de soldados españoles, entre los que figura su hermano Rodrigo, y de otras personas, Cervantes embarca en Nápoles en la galera Sol entre el 20 y el 22 de septiembre rumbo a Barcelona. Forma esta galera una escuadrilla de cuatro naves con destino a Barcelona. El 26 del mismo mes, cuando se encontraba la galera Sol a la altura de la desembocadura del río Ródano, es apresada la tripulación por los corsarios berberiscos al mando de Arnaute Mamí, renegado albanés capitán de las galeras turcas de Argel. Así lo cuenta Cervantes en su Epístola a Mateo Vázquez de Leca:
En la galera Sol, que escurecía
mi ventura su luz, a pesar mío,
fue la pérdida de otros y la mía.
A Argel son llevados como prisioneros en espera de conseguir sus captores importantes sumas de dinero mediante el rescate. Este es el recuerdo cervantino y su reacción ante la vista de las tierras argelinas, también de la Epístola a Mateo Vázquez:
Cuando llegué vencido y vi la tierra
tan nombrada en el mundo, que en su seno
tantos piratas cubre, acoge y cierra,
no pude al llanto detener el freno…
GALERA DEL ADELANTADO MAYOR DE CASTILLA
2. PRISIONERO EN LOS BAÑOS DE ARGEL
2.1. LOS BAÑOS
En Argel, tierra de piratas y donde se calcula que en tiempos de Cervantes había unos 25 000 prisioneros cristianos, permanece cinco años de cautiverio, tras haber protagonizado cuatro intentos de huida, todos ellos fracasados. Sigue siendo fundamental para conocer la vida de los cristianos cautivos en Argel en la época de Cervantes la obra de fray Diego de Haedo, Topografía e historia de Argel (Valladolid, 1612).
En Argel los prisioneros cristianos eran repartidos entre diferentes amos. El de Cervantes fue el renegado corso Dalí Mamí. Realizado el reparto, eran llevados a las prisiones respectivas conocidas como baños. Aquí eran encerrados cargados de cadenas y continuamente apaleados.
PLANO DE ARGEL EN EL SIGLO XVI
En el caso de Cervantes conviene reseñar dos circunstancias con signo diverso. La primera se refiere a las dos cartas antes citadas. Encontradas en su poder, se pensó que sería una persona importante, por lo que el primer rescate que se comenzó pidiendo se cifró en la importantísima cifra de 5 000 escudos de oro. Igualmente sirve para explicar el porqué Cervantes se libró de la muerte después de organizar cuatro intentos de fuga: sus amos querían cobrar el suculento botín de rescate y de nada les servía muerto.
Para hacernos una idea de qué era un baño, vamos a reproducir la descripción que el padre Haedo hace de uno de los baños del rey Hazán Bajá, el llamado baño grande, y que es la siguiente:
Son las casas o corrales, por mejor decir, donde tienen sus esclavos y cautivos cristianos encerrados […] es hecho como en cuadro, aunque no perfectamente, porque es más largo que ancho; de largo tiene 70 pies y de ancho 40[1]; está repartido en altos y bajos y con muchas camarillas y en medio una cisterna, de linda agua, y al lado, debajo, está la iglesia o oratorio de los cristianos, do (sea el Señor bendito) todo el año se dicen misas, y muchas veces en fiestas solemnes, cantadas y solemnizadas con sus vísperas. Está el baño grande en la calle del Soco grande o calle derecha que atraviesa de la puerta de Barbazón a la de Baluate, y como a cuatrocientos pasos comenzando de la puerta de Barbazón para Poniente.
Aquí permanecían al comienzo aherrojados hasta que conseguían cierta libertad para salir a la ciudad a realizar encargos para sus amos o a realizar trabajos comunes. Existían varios en la ciudad. Los más importantes eran los conocidos como baño grande, baño de la Bastarda y baño de la Bernarda, en el que estuvo en un primer momento encerrado Cervantes.
BAÑOS DE ARGEL
La crueldad era el signo del trato dado a los cautivos. Ejemplo de ello pueden ser los continuos apaleamientos o el trato dado a los enfermos: se les abandonaba en el campo sin amparo para que fuesen pasto de las bestias o de las aves, se les arrojaba al mar o se les quemaba.
2.2. INTENTOS DE FUGA
Cuatro fueron los intentos de huida de Argel protagonizados por Cervantes, que quedaron en tentativas.
El primero tuvo lugar entre los meses de enero y febrero de 1576. Ayudado por un moro, cuyo nombre no conocemos, Cervantes y un grupo de cristianos cautivos abandonan Argel y se dirigen por tierra hacia Orán. Era una ciudad norteña de África que desde 1509 estaba bajo dominio español. Al cabo de unos días, el moro-guía les abandona y se ven obligados a regresar a Argel.
El segundo intento tiene como intermediario a su hermano Rodrigo de Cervantes. Este había sido liberado el 24 de agosto de 1577. Realiza gestiones ante los visorreyes de Valencia, Mallorca e Ibiza y logra contratar una fragata. Se dirige esta hacia las costas de Argel. En una cueva se habían refugiado Cervantes y unos 15 cristianos cautivos esperando la llegada de dicha fragata. Cuando esta llega a las costas argelinas, no se produjo el contacto entre los refugiados y el capitán de la embarcación, abandonando esta las costas argelinas. El grupo de huidos fue apresado el 30 de septiembre después de haber sido delatados por el Dorador ante el rey Hazán. Cervantes fue encerrado en el baño del rey durante cinco meses cargado de grillos y cadenas.
En 1578 lo vuelve de nuevo a intentar. En esta ocasión envía a Orán a un moro con cartas para Martín de Córdoba, general de Orán y de sus fuerzas, solicitando la ayuda para llevar a cabo la huida. A las puertas de Orán el moro es detenido y se frustra la huida.
ORÁN EN EL SIGLO XVI
El cuarto intento tuvo lugar en septiembre de 1579. Cervantes será ayudado por un moro renegado y por Onofre Ejarque, mercader de Valencia, que será quien financie la contratación de una fragata de doce bancos. La huida fue abortada al ser denunciado Cervantes al rey Hazán por el dominico Juan Blanco de Paz. Este recibió como premio un escudo de oro y una jarra de manteca. Cervantes será encerrado en las mazmorras del palacio del Hazán. Allí permaneció hasta que fue llevado a la galera que estaba destinada a llevarlo a Constantinopla como cautivo.
2.3. EL RESCATE
Al rescate de cristianos cautivos en tierras del turco y sus aliados se dedicaban algunas órdenes religiosas, entre las que cabe citar a los trinitarios, a los redentoristas y a los mercedarios. En algunos casos, en Argel había permanentemente alguno de estos frailes para realizar las gestiones pertinentes.
Cuando Cervantes iba a ser enviado hacia Constantinopla, de donde no solía regresar nadie, encontrándose ya en la embarcación que le había de llevar, es rescatado por los padres trinitarios que pagan un alto precio por su rescate: 500 escudos de oro. Su madre, doña Leonor de Cortinas, había entregado a fray Juan Gil en Madrid 250 escudos y otros 50 su hermana Magdalena. Por lo tanto, los trinitarios tuvieron que recaudar en Argel otros 200.
Quizá la culpa de tan alto precio la tuvieron las cartas de recomendación que hallaron en su poder y que hicieron creer a sus captores que era un personaje de importancia.
El pago tuvo lugar el 19 de septiembre de 1580. El 24 de octubre pisa de nuevo tierra española en Denia. Se traslada a Valencia y de aquí a Madrid.
3. RECOMPENSAS DE SUS AÑOS DE MILICIA
El mutilamiento, la prisión, la pobreza y la falta de reconocimiento por la Corona fueron el primer resultado de sus cinco años en la milicia. A su regreso a España y tras su liberación en 1580, Cervantes pasó a engrosar el grupo de los soldados que no tenían nada, porque, como asegura don Quijote refiriéndose a la malaventura de los soldados, «no hay ninguno más pobre en la misma pobreza, porque está atenido a la miseria de su paga, que viene tarde o nunca» (Quijote, I, 38).
La otra recompensa fue la gravísima acusación en aquellos tiempos de realizar «cosas viciosas, feas y deshonestas»[2], que lanzó contra él en los baños de Argel Juan Blanco «para hacerle perder el crédito y toda la pretensión que tenía de que su majestad la había de hacer merced por lo que había hecho e intentado hacer». Con ese infundio tuvo que pechar el resto de su vida desde la liberación en Argel. Pero de este asunto hablaremos en otro post.
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[1] El pie equivalía aproximadamente a 28 cm. Por lo tanto, tendría unos 19 metros de largo por 11 de ancho.
[2] Estamos hablando de lo que entonces se conocía como pecado nefando o de sodomía y que hoy llamamos homosexualidad.
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