LA CUEVA DE LOS BURROS DE LA UÑA (LEÓN): DESHACIENDO MITOS Y LEYENDAS

En La Uña existen varias cuevas en las rocas calizas que se dejan ver por sus montes.  La mayoría de ellas son pequeñas y sirven de refugio a la fauna salvaje. Hay dos, no obstante, la de la Llave y la de los Burros, que son mayores que las demás y que por eso tienen nombre propio. Ambas situadas en el promontorio que se halla en el ángulo que forman el río Esla y el de Balagar, en su confluencia. En el paraje llamado Entrelassierras. La de la Llave mira hacia el oeste. La de los Burros hacia el sur. Las dos próximas entre sí y próximas a la población.

De las dos, la más grande es la cueva de los Burros. Esta ha sido objeto de estudios arqueológicos llevados a cabo por la Universidad de León. Sus resultados se han publicados en revistas y libros y desmienten asertos escritos u orales como el de que en el lado sur de la cordillera cantábrica no hubo vida humana hasta tiempos posteriores al año 4000 a. C. o el de que allí se hallaron restos óseos humanos.

Para los investigadores el nombre del yacimiento es  «Cueva de La Uña», y así se halla en dichas publicaciones, que nos servirán de guía e información.

Para entender mejor los resultados de las investigaciones, sobre todo para los no expertos en arqueología, se podrán tener en cuenta algunas consideraciones generales.

El pueblo de La Uña (1200 metros de altura), y su entorno, se hallan situados en el extremo nororiental de la provincia de León, en las estribaciones de los Picos de Europa, vertiente sur de la cordillera cantábrica. Muy próximo a la peña Ten, macizo calcáreo de 2142 metros de altura. Una parte de la peña vierte sus aguas hacia Asturias y la otra hacia Léon.

El clima de La Uña se ha caracterizado por tener un final de otoño, todo el invierno y el comienzo de la primavera con fuertes nevadas y heladas extremas, lo que hacía que la nieve y el hielo cubriera durante el período anunciado todo el territorio. Se podría decir que solo una parte de la primavera, el verano y otra parte del otoño eran aptos para las labores agrícolas-ganaderas.

Base de arpón aziliense encontrado en el nivel 4 de la excavación de la cueva de los Burros (tomado del primero de los estudios citados al final)

Las conexiones de La Uña con Asturias, buscando la costa, se efectúan a través de tres puertos de montaña. El de Tarna comunica con el valle del río Nalón, que desemboca en el mar Cantábrico en Pravia. El de Ventaniella lleva hacia el río Sella, lo mismo que el de la Fonfría; el río Sella desemboca en el mar Cantábrico en Ribadesella. En los dos primeros está constatada la existencia de calzada romana (abierta sobre caminos muy anteriores) que se unían en lo que hoy se conoce como la Turriente. Siguiendo el curso del río Esla llegaba a Torteros donde confluía con la también calzada romana que bajaba del puerto de Pontón, y se dirigía hacia la meseta.

El yacimiento de la cueva de los Burros de La Uña fue descubierto en 1991. Se trata de una pequeña cueva de alrededor de 18 m2. Forma un único espacio que se va estrechando desde la boca hacia su interior. Las excavaciones se iniciaron en 1992 y continuaron  en 1999, 2003 y 2004. Fueron llevadas a cabo por investigadores de la Universidad de León. Los resultados han ido apareciendo en diversas publicaciones en español y en inglés. La más reciente es de 2023. En todas ellas aparece como una de las investigadoras más importantes Ana Neira Campos. Estos estudios serán los que aporten los siguientes datos.

En el yacimiento arqueológico los investigadores han hallado cuatro niveles, siendo los más interesantes el 3 y el 4. En todos ellos se han hallado gran cantidad de elementos de la cultura material de sus moradores, de los cuales la mayoría son elementos líticos (de piedra) y óseos de la fauna consumida.

La industria lítica está muy presente. Se han encontrado raspadores, hojitas retocadas, puntas azilienses, buriles, truncaduras, perforadores, etc. Los materiales utilizados son la cuarcita, el cuarzo y el sílex (chert negro y radiolarita). Las piezas de este material son las más abundantes. La mayoría de los materiales  utilizados proceden de las proximidades del yacimiento, mientras que solo unos pocos serían foráneos.

Los restos óseos proceden de animales como el ciervo, el jabalí, el rebeco, la cabra salvaje y el corzo. También de mustélidos, zorro, lobo, oso y trucha.  De hueso se han encontrado fragmentos de arpones  planos.

Materiales cerámicos muy fragmentados  y de pésima cocción forman parte de los hallazgos.

Un hallazgo significativo ha sido el de un hogar en el nivel 3 y otro en el nivel 4. El del nivel 3 mide c. 50 cm de diámetro, situado  en una cubeta rodeada de piedras calizas y ubicado en el centro de la cueva.

Pieza ósea decorada del nivel 3 (tomado del primero de los estudios citados)

Desde el punto de vista artístico, aunque en pequeña cantidad, hay que destacar la presencia de cuatro fragmentos de hueso con formas geométricas de tamaño pequeño, entre 9 y 15 mm. Son geométricos lineales muy simples, convirtiéndose en la primera manifestación del arte mueble de la provincia de León. En las paredes de la cueva se hallan grabadas dos líneas paralelas que podrían suponer, según los investigadores, la primera presencia del arte rupestre mesolítico de la provincia.

Los moradores de la cueva de los Burros, en reducido grupo dada las dimensiones de la cueva, se dedicaban a la caza y a la pesca (trucha). Sin olvidar la talla de la piedra. Habrían habitado la cueva estacionalmente en los meses de primavera y verano. A lo largo del otoño y para prevenir los rigores del invierno encaminarían sus pasos por los puertos de montaña a las zonas cálidas de Asturias. Eran, pues, nómadas. Se trataría de ocupaciones cortas y repetidas.

Cronológicamente, tanto los restos líticos como los óseos se corresponden con el Mesolítico (10000-6000 a. C), periodo intermedio entre el Paleolítico y el Neolítico, los tres períodos que comprenden la Edad de Piedra. Tres muestras de carbones encontrados en dos hogares distintos (nivel 4 y nivel 3) han  sido datadas por el C14 en fechas diferentes: el del nivel 4 en 7010 a. C. (más-menos 50); las dos correspondientes al nivel 3 en  6280 a. C (más-menos 80) y en 6150 (más-menos 40).

Para los interesados en profundizar en el tema, algunos de los trabajos en los que aparece la cueva de La Uña:

  • Ana Neira Campos et al., «Paleolítico superior y Epipaleolítico en la provincia de León».
  • Ana Neira Campos et al., «El nivel III de la cueva de La Uña (La Uña, Acebedo, León): Industria lítica y Elementos Artísticos de un yacimiento mesolítico en la vertiente sur de la cordillera Cantábrica».
  • Ana Neira Campos et al., «The Mesolithic with geometrics south of the ‘Picos de Europa’ (Northern Iberian Peninsula): The main characteristics of the lithic industry and raw material procurement».
  • Ana Neira Campos et al., «The «Mesolithic with geometrics» south of the Cantabrian Mountains (N Spain): the state of the art».
  • Ana Neira Campos et al., «Mesolithic raw material management south of the Picos de Europa (northern Spain)».
  • Ana Neira Campos et al., «Lithic Production in the Final Mesolithic in the Cantabrian Mountains: Levels III and IV at La Uña Cave (León, N Spain)».
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