El rosario es una de las devociones marianas más extendidas por el universo cristiano. Se podría decir que es la ceremonia religiosa mariana por excelencia.
Su conformación hasta como lo conocemos en la actualidad ha sido el resultado de un largo proceso evolutivo que arranca del siglo X y que culmina en el siglo XXI.
Su nombre procede del latín ROSARIUM ‘rosaleda’, que, a su vez procede de ROSA.
Y esto es lo que es el rosario de la Virgen en la versión anterior a 2002: una rosaleda formada por quince rosales, de los que brotan rosas blancas, rojas y amarillas. Simbolizan estos colores los tres grupos de misterios en que se divide el rosario. Los gozosos (blanco) se refieren a la pureza, la inocencia, el gozo, la luz, la vida encarnada de Jesús y su niñez, junto a la pureza virginal de su madre. El rojo se reserva para los dolorosos, es el color de la pasión, del dolor de Jesús y la Virgen en su pasión. Por último, los gloriosos (amarillo) simbolizan la subida al cielo, la gloria de Jesús y su madre en el cielo.
De los quince rosales, cinco son de rosas blancas, cinco de rojas y cinco de amarillas. Y en cada uno brotan cinco ramilletes de rosas, compuesto cada uno por diez, que son las diez avemarías de cada misterio.
En total, ciento cincuenta rosas dedicadas a María y a su hijo Jesús que nacieron en el siglo diez y aún hoy no se han marchitado.
Y como nos acercamos a Semana Santa, el lector curioso podrá leer los siguientes post en el blog Literatura y otros mundos:
ROSARIO DE LA AURORA: (I) BREVÍSIMA HISTORIA DEL ROSARIO
ROSARIO DE LA AURORA: (II) UN ROSARIO PECULIAR Y ORIGINAL